Se marchó el verde, el amarillo, y un sinfín de colores que dejan paso al triste y melancólico ocre otoñal, como si nos avisase de que ya esta aquí el invierno, en el valle multicolor del Genal ya solo quedan las artesanales chozas llenas de aperos, hogueras creando una visión de misterio, y el castaño desnudo esperando las lluvias para empezar a brotar de nuevo, y así nos despedimos del valle encantado esperando volver el próximo año y poder seguir afotando y contando las maravillas de esta serranía que pronto volveremos a visitar.