Para despedir este año que esta terminando, el pasado viernes nos adentramos en lo mas
profundo del Parque Natural de Los Alcornocales, alejado del mundanal ruido y tras un buen
rato de casi escalada, llegamos a encontrar el regalo que estábamos buscando, este salto de
agua que nos deleitó al compañero Jorge y a mi con momentos musicales naturales y con
un sinfín de aromas y luces del autentico bosque de galería mediterráneo.
El rododendro acompaña año tras año la cascada.
Afotador afotado, "que diminutos parecemos ante la naturaleza".
Como un barco navegando en plomo, o varado en un arco iris, parecían las hojas.
Reflejos, luces y sombras del bosque.
Esta extraña seta, espera impaciente ser iluminada.
Y nueva sorpresa, apareció un segundo salto con un brazo ferroso de compañía.
Soñaré con agua y música natural,
para que el próximo año,
pueda volverte a afotar.
Feliz año a todos y que nos veamos el próximo por aquí.